Por: Juan Camilo Galvis Osorio.
Juangalvis335@gmail.com
Estudiante Comunicación y Periodismo.
Universidad la Gran Colombia - Armenia
“Un virus que nos está matando, pero también, nos está haciendo mejores humanos”. La honestidad fenomenal es del neurocientífico argentino Fabricio Ballarini, quien presentó en Twitter un video viral que muestra a personas bailando en diferentes balcones de edificios que parecen ser en España, pero que bien podrían ser Italia, Nueva York, Bogotá o acá mismo, los edificios del parque fundadores.
El científico del Conicet, tiene una reflexión que no es para nada científica, pero viene a cuento de las charlas que estamos empezando a tener nosotros, los aislados entre cuatro paredes, para tratar de entender si este encierro servirá de algo. Si después de la tormenta sobrevendrá la calma, y si esa calma vendrá con un mundo mejor bajo los brazos.
Hoy los médicos y todo el cuerpo de sanitarios viene batallando en unidades de cuidados intensivos hospitalarias, los expertos han empezado a reflexionar sobre estos “cien días que cambiaron el mundo”, como tituló el jueves el diario inglés The Guardian un informe sobre cómo el planeta ya no es el mismo desde que, a la 1:37pm del 31 de diciembre pasado, el gobierno chino detectó una “neumonía de causas desconocidas” en las zonas aledañas al mercado de mariscos de la ciudad de Wuhan.
¿Seremos mejores humanos después de estos cien, doscientos o cuántos días sean finalmente los que pasaremos confinados hasta que ese “virus” nos deje en paz? La reflexión optimista de Ballarini contrasta con el pesimismo de quienes piensan desde la seriedad intelectual sobre el efecto del coronavirus en la humanidad que viene.
Vamos a resumir acá tres posiciones de tres pensadores de distintos países, todos muy respetados en lo suyo y con gran número de lectores a lo largo del planeta. Esto no pretende ser una bajada de ánimo, sino solo una muestra de que quienes tienen la tarea de pensar con mayor claridad, están advirtiendo de que, además de que la pandemia arrase con millones de vidas, el Covid-19 dejará una tela social y cultural nueva, al que habrá que darle forma si no queremos que él nos dé forma a nosotros. Una forma, por supuesto, que no queremos: deformada con lo peor de nosotros mismos.
1. El economista de Harvard Dani Rodrik (de origen turco) escribió un libro que fue best seller en 1997. Se llama “¿Ha ido la globalización demasiado lejos?” y anticipó de alguna manera este big bang que ocasiona hoy el coronavirus en la economía mundial. En un artículo que circula en internet por estos días, el tipo dice que aunque el virus era desconocido, la pandemia era esperable porque la anticiparon la del SARS, la de la gripe H1N1 y la del ébola. Por eso, hoy Rodrik llama al Covid “una crisis agazapada”.
Y en medio de esta crisis, asegura que muchos políticos (los Trump, los Bolsonaro, los Maduro) están aprovechando la confusión para convertirse “en versiones exageradas de sí mismo”. Es decir, en vez de cambiarnos, sostiene que el coronavirus “es probable que intensifique y afiance las tendencias ya existentes”. Por eso, desde el corazón del capitalismo (EEUU), Rodrik asegura que “el neoliberalismo seguirá su muerte lenta. Los autócratas populistas se volverán aún más autoritarios”.
2. Byung-Chul Han es uno de los intelectuales más leídos en el mundo de hoy. Y aunque vive en Berlín, es coreano y un gran divulgador de Oriente en Occidente. Hace unos días, publicó un artículo en el diario El País de España donde rescata el éxito que tuvieron los países asiáticos para combatir el Covid en contraposición con los europeos y EEUU. Para Byun-Chul, la “mentalidad autoritaria” le sirvió a China, Japón, Corea del Sur, Taiwán y otros en esta misión. Toda la infraestructura para la vigilancia digital ha resultado ser ahora sumamente eficaz para contener la pandemia, dice el filósofo coreano. Mientras que acá en Colombia una aplicación que ideó el gobierno nacional, genera caos porque revela en qué zonas hay ciudadanos con posibles síntomas de coronavirus.
El análisis de este autor también conduce al pesimismo sobre lo que viene: si los asiáticos tienen éxito porque no cuestionan que no se preserve la privacidad de sus datos, el camino inevitablemente para Occidente conduce a la vigilancia tecnológica: China podrá vender ahora su Estado policial digital como un modelo de éxito contra la pandemia, asegura.
3. El tercer intelectual que traemos aquí para pensarnos en estos días de encierro es un argentino. Martín Caparrós, columnista del New York Times, sostiene que el coronavirus está alumbrando un nuevo mundo. Pero que ese nuevo mundo no parece ser mejor del que teníamos.
Y enumera: es “plano”, porque está configurado por las pantallas que usamos en este encierro, que encima nos muestran lo peor de ese mundo; es “asustado”, porque “hablamos del virus y pensamos en el virus y los medios nos hablan del virus y el virus marca todo lo que hacemos: somos para el virus, por el virus”.
Es también un mundo “frágil”, porque se desmorona todo lo que pensábamos tan sólido como; industrias, bancos, nuestras vidas. Y es “desigual”, un concepto que el lapicero de Caparrós explica así: “Es tan obvio que es distinto encerrarse con cinco más en dos cuartos escuetos oscuritos que tener una pieza para cada uno, su salón, su salón de la tele, su cocina súper sport y, quién sabe, su jardín privado”.
Entre tanto pesimismo, hay al final del artículo un poco de aire contra el ahogo: “En este mundo plano hemos aprendido lo que ya sabíamos; que todos dependemos de todos los demás”.
En otras palabras, que como dice Ballarini, el “virus” nos está enseñando a ser un poco mejores si pensamos que, por primera vez en la historia de la humanidad, nadie se salvará solo. Lo que no es poca certeza para tal momento de incertidumbre, no solo latinoamericano, sino global.
Fuentes:
https://www.nytimes.com/es/
https://elpais.com/america/
https://www.theguardian.com/international
Página del Ministerio de Salud nacional.
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